La Gran Logia Regular de Menfis-Mizraim (GLREMM-RAPMM) es un Legado Esotérico completo, y configura una Potencia con otras estructuras iniciáticas que la enriquecen, fortalecen y complementan; en concreto, forman parte de este Legado tanto la Iglesia Gnóstica como la Orden Martinista (ORDEN MARTINISTA INICIÁTICA -OMI- EN ESPAÑA), ambas bajo la supervisión del Soberano Santuario de los Caballeros de Palestina.

 

La OMI trabaja bajo los auspicios y la protección del Gran Colegio Hermético Nacional. Su Filiación iniciática se entronca con las Grandes Logias Martinistas de Rusia y Ucrania (Moscú, 1788 - Petrogrado, 1802 - Tchernigov, 1820). Por tal motivo, la OMI puede ser considerada una fiel representante del Martinismo Ruso, manteniendo la pureza Ritual y la Tradición más directa; según las Instrucciones operativas y las Enseñanzas iniciáticas que fueron transmitidas por los Filósofos Desconocidos en Logias, Cenáculos y Círculos.

 

La OMI posee una Logia Martinista operativa en Madrid, llamada Louis-Claude de Saint-Martin, nº 2; que tiene entre sus fines inmediatos el Trabajo Teúrgico y la puesta en común de la Herencia Iniciática de los Filósofos Desconocidos, siempre partiendo de las instrucciones de Martínez de Pasqually, de Louis-Claude de Saint-Martin y de Jean-Baptiste Willermoz. La Directriz Teúrgica de esta Logia, confiere a la misma un marcado carácter Martinezista; sin olvidar la Vía Cordial, el Misticismo alemán de Jacob Böhme (1575-1624) o el primer Rosacrucismo europeo. Recordad, Hombres de Deseo, que «la Salamandra siempre debe mantenerse ardiendo».

 

En Nombre y a la Gloria de IESHUAH, el Reparador, Sublime Arquitecto del Universo, y bajo los auspicios del Filósofo Desconocido, de la "Chose" y de nuestros Venerables Maestros del Pasado, el Tribunal Soberano Nacional de la Orden Martinista Iniciática de España (OMI) y el Gran Colegio Hermético Nacional, por orden del Tribunal Soberano Internacional, ha constituido y consagrado, por delegación en el Gran Maestro Nacional y de acuerdo a la Tradición, la Logia Louis-Claude de Saint-Martin, nº 2, al Oriente de Madrid.

 

Que nuestros Venerables Maestros, de quienes aspiramos a ser sus amados Discípulos, guíen nuestros pasos por la Luz que buscamos como Hombres de Deseo, y que puedan transmitirnos el Auxilio poderoso de su Compasión y Sabiduría. Amén.

 

Ante las Tres Luminarias Sagradas, decorado con la Capa, la Túnica, el Antifaz y el Cordón, bajo la protección del Pantáculo Martinista e invocando a la “Chose”, los Miembros activos de esta Logia saludan en Xº a todos los Martinistas del Orbe, bajo la atenta mirada del Maestro Invisible que habita siempre en Occidente y de todos los Maestros del Pasado. Prudencia, Silencio y Discreción.

 

Gaston Clerc González (Sâr KYOT), Gran Maestro de la OMI en España, Superior Desconocido Libre-Iniciador (S:::I:::I:::) y Gran Maestro Mundial de la OMMI (Orden Martinista y Martinezista Iniciática).

 

 

La Orden Martinista y Martinezista Iniciática (OMMI), es una Orden Martinista y Martinezista fundada por la decisión libre y soberana un grupo de Superiores Incógnitos Iniciadores y Libres Iniciadores (SS:::II:::II::: LI+4), portadores, entre otros, del prestigioso Linaje del Martinismo Ruso de la Orden Martinista Iniciática (OMI), con el propósito de trabajar en profundidad el vínculo tradicional y los orígenes doctrinarios y teúrgicos iniciales dados por esta Orden, conforme el propósito del Capítulo Renacimiento Primitivo de la Orden Martinista Iniciática original y el de su fundador: Sâr Aurifer.

 

Vocación: La ORDEN MARTINISTA Y MARTINEZISTA INICIÁTICA (OMMI), es una Orden profundamente interior, que dirige y fortalece al Aspirante hacia la Verdadera Iniciación, hacia una auténtica Alquimia Espiritual, con la marca indeleble del cristianismo esotérico; entroncando su modelo espiritual en sus más antiguas vertientes teúrgicas y cabalísticas.

 

Vía Mixta y propósito: La ORDEN MARTINISTA Y MARTINEZISTA INICIÁTICA (OMMI), proclama que el verdadero Martinismo ha de ser siempre una Vía Mixta; es decir, húmeda y seca a la vez, alquímica e iluminista, cuyo propósito original, como el de otros muchos movimientos afines que le son contemporáneos, fue, es y será, el de rectificar a la Masonería Moderna a través de la acción formativa de sus miembros espiritualmente capacitados para vivir este proceso, y no sólo la captación de elementos ajenos a la misma, lo cual ocurrió, por defecto, mucho después.

 

Integración: La ÓRDEN MARTINISTA Y MARTINEZISTA INICÁITICA (OMMI), agrupa a humildes peregrinos que recorren, con Fe, Esperanza y Caridad, las difíciles sendas de la Antigua Tradición, donde confluyen hermetistas, cabalistas, alquimistas, filósofos de la Naturaleza, rosacruces, iluministas y místicos de distintas corrientes, Aspirantes, todos ellos, a la Verdadera Iniciación y a la profunda comprensión de los Grandes Misterios de la Antigüedad, que siguen y progresan, de manera Mixta y Complementaria, la Vía Única de la Reintegración espiritual o Catarsis, que conduce, por la transmutación del Alma y del Cuerpo, a la perfección espiritual y a la comprensión mística del UNO, como Fuerza Motora y vivificante de toda la Creación. Nada es sin Él, pues todo nace de Él; y a Él debemos llegar, tras nuestra Reconciliación y Regeneración.

 

Legado Tradicional: Nuestra Orden es heredera de la Tradición de las antiguas Sociedades Iniciáticas; como la Osiríaca, la Eleusina, la Estoica, la Mitraica, la Cabalística (hebrea y cristiana), la Esenia primitiva, la Cristiana Caldea, la Cristiana Johanita, la Celta, la Drusa, la Copta, la Cátara, la Rosacruz (de Oriente y de Occidente) y la Gnóstica, en todas sus corrientes.

 

Objeto Espiritual: El objetivo perseguido por sus Miembros es liberar al Ser Humano que, por efecto de su Caída, vive preso del Príncipe de este Mundo; y realizar, de manera indeleble, una completa Alquimia Espiritual, necesaria precursora de la Unión o Boda Mística de la Personalidad (Consciencia) con la Individualidad oculta (Supraconsciencia).

 

La OMMI, por lo tanto, propugna el desarrollo espiritual del Hombre, hasta restituirlo a la Divinidad; de donde ha salido y de la que participa en menor o mayor medida, según su Grado de Evolución Espiritual. Como Jacob con el Ángel, se trata, muchas veces, de un verdadero y peligroso combate interior, hasta recibir la Bendición; y trascender a un Estado que no puede alcanzarse por medios materiales.

 

Sus Miembros se esfuerzan, previa renuncia a todo lo que hace y dice el Príncipe de este Mundo, como Hombres del Torrente, por acceder a la Maestría del Reino del Centro, convirtiéndose en Hombres de Deseo; propiciando, así, el esperado y necesario descenso del Paráclito, Salvador y Reparador, enviado por la Fuente del Venero de nuestras existencias desde Su Corazón, que es el del Cristo, hacia el nuestro. Todo esto, mediante la conducente ayuda iluminista de su Iniciador y Maestro; que le franquea el acceso a los diversos Grados interiores y exteriores, ascendiendo por su Castillo Interior. Esta ayuda está, principalmente, constituida por la conexión vital que el Iniciador y el Maestro mismo representa con el Egregor (como suma dinámica y proactiva de todas las Energías físicas, emocionales y mentales) protector de la Cadena Oculta.